Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Ganador del Petit Torneo Lizeviche Galíndez 1981

y Campeón Argentino de Turismo Carretera 1983, 1984 y 1985

Agradecimientos

Esta es la parte del sitio, que muchas veces queda sin ser mirada, o escondida, y no quise que ello sucediera con quienes me han dado una mano enorme, conscientemente o no, en este emprendimiento.

Un gran maestro en esto de investigar la historia, el señor Carlos Carullo, me dejó hace muchos años una enseñanza importantísima: “Saber ser agradecido”. Vaya entonces el agradecimiento a todos ellos.

A mi familia por todo el tiempo quitado, desde que comencé a juntar y ordenar el material cuando empecé con esta idea hace ya cinco años, como también por tantas noches de este último año, dedicadas al armado de la página.

A Jorge Duca, especialmente, por todo el trabajo desinteresado que hizo en www.historiatc.com.ar, como así también en compartir muchísimos datos conmigo, ya no solo de información de las carreras, ya sea con datos o escaneando notas completas de su colección de Corsa, sino de otros muchos datos nuevos que me fue aportando como también complementando los que me faltaban.

A Gustavo Pinna, webmaster de www.fandodge.com.ar, y www.historiatc.com.ar entre varios sitios. Él me brindó una ayuda muy grande con el diseño del sitio y me apoyó para seguir adelante. Además sabiendo mi intención, supo mantener el secreto durante mucho tiempo.
Pero especialmente por algo que le vamos a agradecer eternamente todos los que somos hinchas de Dodge: Cuando el sitio web FanDodge comenzó a andar allá por mediados del 2003, éramos un grupo de gente que en muchos casos no se conocía más que por compartir dos o tres días al año en las tribunas. Hoy somos un grupo compacto en permanente contacto a través de la Internet, merced al trabajo silencioso, tal su costumbre, que él supo hacer.

A Reinaldo Maehokama, también parte de www.historiatc.com.ar que también me ha facilitado muchísimo material, también escaneando la info de Corsa de muchas carreras, y aportando el detalle con la estadística de las más de 1080 carreras de la historia del TC, de la cual si bien se han tomado sólo algunas, no deja de ser una información muy importante.

Verán a lo largo de las distintas páginas que no por repetida deberá dejar de prestarse atención a la recomendación de visitar el sitio de la historia del TC. Quienes de cierta forma nos sentimos como parte del mismo, queremos que sea material de consulta permanente para historiadores, periodistas, ex pilotos, familiares y todos quienes gusten de esta hermosa categoría que es el Turismo Carretera.

A José Luis Riga, protagonista de esta historia, que desde el primer llamado que le hice para comentarle mi intención, me atendió de mil maravillas, como si me conociera desde siempre, sin poner reparos de ninguna especie. Un tipazo, con quien me debo una o varias charlas, y que tiene protagonismo principal, en un 50% de esta historia aproximadamente. Es tal vez el testigo presencial más importante de la misma.

A la gente del Museo Roberto Mouras, porque hacen un trabajo formidable de difusión de la obra y bondades de Roberto, no sólo como piloto, sino también como persona. Este trabajo no reemplaza lo mucho y muy bueno hecho por ellos sino que pretende humildemente complementarlo. Si sirviera para aliviar una parte de su trabajo de difusión, ya me podría considerar yo, ampliamente pagado. En lo particular, quiero nombrar a las personas con quienes mantuve contactos, las que, a pesar de no conocernos me han abierto sus puertas, y me atendieron siempre con mucha deferencia, los señores José Luis Bartomeoli y Lucio Adrián Vicente. En ellos hago extensivo el agradecimiento a todo el personal. Pronto los estaré visitando para hacer este agradecimiento, personalmente.

A los periodistas que tan bien cubrieron aquellos años para los medios gráficos, que han sido la fuente principal información de este sitio. En particular, quiero hacerle llegar un agradecimiento a Orlando Ríos, por entonces periodista de la Revista El Gráfico, por el brillante material allí volcado. De igual forma con el personal de la vieja Revista Corsa. En especial al recordado Jorge Fernández Morano. Y por supuesto, a los fotógrafos. A modo particular, quiero nombrar, por la belleza de sus instantáneas, a Oscar Mosteirín.

A los que faltan, aquellos que quiero contactar por haber sido parte de esta historia, para seguir enriqueciéndola y ampliando mis conocimientos, que no son muchos. Son aquellos a quienes he nombrado en alguna otra parte: Omar Wilke, Jorge Pederzoli, Hugo Mazzacane, y Hugo Roldán, de quién me han comentado que vive en el exterior, a los periodistas de los medios radiales y televisivos que conserven documentos audiovisuales de la época, y en especial, a la gente de Carlos Casares que fue parte de esta historia también de esta historia y quiera hacerme llegar su comentario.

Epílogo