Mouras CampeónLa historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge |
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1984
El año empezó mal, y de cierta forma, los problemas institucionales darían la pauta de lo que iría a pasar también en las pistas. De hecho, ambos fueron normalizándose, de manera simultánea. Todavía no se acallaban los ruidos del Gran Premio de 1983 y el ambiente se sacudía con la protesta de Juan María Traverso y Oscar Aventín en cuanto medio quisiera recibirlos, relativa al manejo que Octavio Justo Suárez hacía de la categoría. Aventín presenta además una carta en la que relata ambiguamente cómo se dieron los hechos ocurridos entre las carreras de Mendoza y Necochea, y solicita que se vuelva al reglamento de la primera parte de 1983, el de las bridas de 26 mm, lo cual era al mismo tiempo considerado por la dirigencia de la categoría, y finalmente adoptado para la temporada 1984. En la reunión del 4 de Enero de 1984, el conflicto llega a su máxima tensión cuando Oscar Aventín, y Octavio Suárez se toman a golpes de puño en el edificio de la ACTC… Respecto
a Roberto, se conocía la siguiente información: Algunas
novedades respecto a los pilotos y sus autos. En la foto podemos observar a Wilke, Pederzoli (haciendo el gesto triunfal del Presidente) y a José Luis Riga, trabajando el en motor del Dodge. El
otro candidato de la marca, Oscar Castellano, se tomó un verano
sabático. Desapareció del ambiente desde el momento de
su abandono en La Pampa para dedicarse a las tareas propias de su establecimiento
agropecuario. Diría luego en Necochea, que “quería
tener la cabeza fría y repensar muchas cosas”. Pero no
dejó de trabajar tampoco allí sobre su automóvil
de competición. Iría a Necochea con una tapa nueva. Trascendía
también, cierto resentimiento del piloto con algunos periodistas
de la Capital Federal, a raíz del trato que le dieron a sus entreveros
con Roberto Mouras. La carta de triunfo de Ford era sin lugar a dudas, el Gaucho Jorge Martínez Boero. Subcampeón luego de un torneo en el que a pesar de no ganar fue muy regular, tendría casi exclusividad de fierros de José Miguel Herceg, y comenzaría la temporada utilizando el mismo impulsor que en el Gran Premio (resulta raro ver que fuera así tratándose de una carrera de largo aliento y otra en un trazado de rectas muy cortas) al que se le desarrollaron a nuevo, tapa de cilindro, cigüeñal y otros elementos. Además, acompañado por una importante firma comercializadora de tractores, el auto cambiaría su coloración del blanco con trompa azul, al rojo con cintas grises. Por el lado de Chevrolet, Angel Banfi estuvo realizando pruebas de frenaje y aceleración en zonas aledañas a la ciudad de Salto. Allí simuló también una chicana para transitarla en varias ocasiones. El de Pergamino pensaba que “luego de transitarlas en primera velocidad, son necesarios otros tres mil metros para alcanzar la velocidad final”. Su auto seguirá siendo color rojo intenso, sin cambios respecto al año anterior. En tanto que Emilio Satriano tampoco descansó y junto a su hermano y el ingeniero Pedro Campo trabajaron en la reforma de los tensores de la suspensión trasera y la resistencia de los elásticos. Probó en un autódromo, verificando que las mejoras de tenida del Chevrolet eran importantes. A Necochea irían con block y tapa de cilindros nuevos. En los ensayos con un motor viejo, encontraron que este ya estaba cerca de los valores de aceleración de antes de mediados de 1983 (cuando se modificó el reglamento). Su auto se encontraba ligeramente por debajo del mínimo establecido para el nuevo torneo, pero no tendría problemas en alcanzarlo. El de Chivilcoy mantiene los principales auspicios de los años anteriores, pero se cambia el diseño del auto, predominando el verde sobre el blanco, en el que a mi juicio, fue el más bonito de sus autos de carrera. Regresaba
el “Yeti” Ángel Di Nezio que había comprado
el Falcon que fuera de Antonio Aventín, y en el que contaría
con la preparación de José Miguel Herceg. Debido a su
historial en TN como piloto oficial de Fiat, no le fue necesario dar
la prueba de suficiencia para debutar en un autódromo. Resultaría
un acierto de la ACTC. Gustavo Degliantoni, que tenía el otro Falcon de los Aventín, armó un Torino, con mecánica de Dancha en el taller de Carlos Pedernera, pensando en utilizarlo en las primeras fechas, aprovechando que los automóviles de la marca, no utilizarían brida limitadora. Pronto pasaría a correr un Dodge. El diseño de ese Torino era similar al del Dodge con el cual volvió a la marca Oscar Aventín: Blanco, con cintas rojas, azules y negras, en los costados. Juan De Benedictis conseguía convencer a Jorge Pederzoli para que le brindara fierros al Dodge de la Autopeña Quequén Necochea que conduciría. Como de costumbre, su auto era verde metalizado. Los Hermanos Aventín habían vendido sus Ford y retornaban a las huestes de Dodge. Oscar volvía al diseño de tres colores en diagonal que los hicieran famosos, aquel mismo de los autos de Tato Ferrea en los setenta: Trompa amarilla, centro negro cola roja. En tanto que Traverso decidía no continuar en la categoría, a la que faltará por 10 años. Sólo lo volveremos a ver como protagonista en uno de los capítulos finales de esta historia. Otro que se bajaba era el vicepresidente de la categoría, Juan José Pellegrini, que le vendía su automóvil al volante casarense José Luis Paolucci. Ya no volvería a competir. También hubo rumores, como la posibilidad de que MA Etchegaray se sumara a la categoría. Es que sobre el piloto de Mercedes pesaba una suspensión de un año de parte de la CDA del ACA, pero esta no afectaba a la ACTC, el volante estaba considerando seriamente el ofrecimiento que le hiciera el equipo Supertap para conducir la Chevy que históricamente venía corriendo el chivilcoyense Juancho Ayerza Garré. Otro rumor también previo al arranque de la temporada, indicaba que Luis Di Palma se encontraría preparando en Arrecifes una cupé Dodge. Se leerán algunas líneas más al respecto más adelante, pero el retorno del “loco” al TC con Dodge no iría a concretarse hasta unos años más tarde.
El Calendario Finalmente, este esquema original tendría pocos cambios: Las fechas 4 y 5 trocarían el orden. La fecha de La Banda sería la del 2 de Septiembre, y en Junio se correría en Olavarría (luego de una suspensión por lluvia) en tanto que no habría carrera en Monte y se haría en Tandil. En lo deportivo, otra novedad era que se cambiaba el tipo de cronograma. A partir de 1984 se harían tres series, repechaje cuando correspondiera, y la final. Aspectos
Reglamentarios: Adicionalmente
se definió para los automóviles Torino la posibilidad
de optar entre las siguientes opciones: Se pensó en implementar un pequeño alerón sobre el techo de los autos, que canalizara el flujo de aire (por entonces se pensaba que serviría para reducir la velocidad) y a tal efecto se invitó a departir al ingeniero Pedro Campo, que contaba con experiencia aeronáutica. Luego del informe presentado por este, se desechó la alternativa por el alto costo que acarrearía su implementación (afectando a las suspensiones por la carga sobre los ejes). Con
el advenimiento de la democracia, entraba en funciones un nuevo Director
de Transportes de la Provincia de Buenos Aires, y a la vez, responsable
del Comité Ejecutivo de Carreras Automovilísticas (CECA),
el ingeniero Carlos Horacio Hidalgo. Fue presentado a la CD de la ACTC,
en la reunión celebrada el martes 14 de febrero. |
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