Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Carrera Nº 3: Necochea

La ya tradicional "Vuelta de Necochea" en el semipermanente que recordaba al crédito local de los 60s, Benedicto Campos, de 6400 metros de extensión total, fue el escenario para la tercera carrera del calendario ’83 del TC, el domingo 24 de abril. Pero la carrera no fue lo más importante de aquel fin de semana, quedando eclipsada por todo lo ocurrido en la previa. Es que otra vez lo extradeportivo aparece en primer plano.

El día sábado previo a la carrera, el 23 de abril, se presentan dos autos del equipo West-Cincotta a la verificación. Antonio Aventín no toma parte en la prueba, debido a un problema de salud. El auto de Traverso pasa la misma tras superar varias objeciones como ser: modificar el diseño del número del auto en la puerta (algo que también debió hacer Mouras); tener solamente escrito el nombre de pila del piloto en la puerta del Falcon, obligándosele a poner el apellido también (Si bien eso no está reglado debidamente, la medida, al argumentarse normas de seguridad, resulta razonable la objeción); y, por tratarse de un automóvil nuevo, que no trae de serie los ventiletes en las puertas delanteras (así son los Falcon desde 1982 en adelante) y dado que el reglamento obliga a competir con automóviles fabricados hasta 1978, con justa razón se lo obliga a adecuar el vehículo a las condiciones que el auto de serie tenía por entonces, "fabricándole" los ventiletes. Es sabida la ventaja aerodinámica que esta diferencia implica para los autos con estas características.

El auto de Aventín es llevado al circuito de Quequén, donde es presentado a la verificación técnica. Pero como veremos, la misma no se realiza pues no corresponde a ningún piloto habilitado. Es que adicionalmente a la verificación técnica de los autos, los miembros de la CD de la ACTC gestionan ante los pilotos la firma de un Acta Pública, refrendada por un escribano, que impida la participación de Oscar Aventín en la carrera debido a su situación procesal en la causa por los combustibles adulterados. El juez federal de la misma, Martín Anzoátegui, había habilitado al piloto, tras liberarlo previo pago de fianza, a ejercer su derecho al trabajo. Varios pilotos firman el petitorio de propia voluntad. El motivo es que se consideraba que "la presencia de Aventín afectaba el prestigio de la ACTC".

Parece que no era sólo una pelea de "marcas". Uno de los pilotos que se oponía a la participación de Aventín, fue Martínez Boero. Por lo visto, varias cicatrices abiertas en Mendoza no cerraban. Y esta también tendrá efectos poco después.

Pasadas las 18.30, Aventín se reunió con Octavio Suárez, Juan José Pellegrini, y Rubén Gil Bicella, para manifestarles que, a raíz de los hechos ocurridos, no se considera en condiciones anímicas de tomar parte de la competencia. A las 21.30, el Comisario Deportivo Nelo Mazola finaliza su charla técnica pidiendo amistad y solidaridad entre los corredores, recomendando que Aventín no tome parte en la carrera, lo cual acepta el piloto, que pide hablar a sus pares. En la charla expuso su defensa y se determinó que no tomara parte en esta fecha, pero sí a partir de la siguiente. Fue entonces, cuando el auto, sin verificar y ya fuera del horario estipulado a tal fin se le ofreció a Juan De Benedictis, lo cual fue rechazado por las autoridades de la prueba. La crónica de la revista El Gráfico toma partido desde entonces y hasta que en enero de 1984 se noten los últimos coletazos del conflicto entre Aventín y Suárez, a favor del piloto de Morón. Lo cierto es que, a partir del impedimento al piloto de participar, el auto no se verificó (no tenía sentido hacerlo pues hasta entonces no se le había ofrecido a ningún piloto el mismo).

Y el domingo, hubo una muy buena carrera… Porque como bien cerraba la crónica de El Gráfico, "el TC no necesita de rencillas de entrecasa para dar show a sus cultores". A pesar de que el último ganador allí había sido el "vecino" Pincho Castellano, el circuito, dado que tenía cuatro rectas muy cortas, era a todas luces favorable a la mejor aceleración del Ford respecto a sus rivales. Como de costumbre, la organización corre por cuenta del Club Atlético Palermo.

Martínez Boero ganó la primera serie cómodo, seguido por Juan José Pellegrini. Traverso fue tercero, no sin sufrir, cuando al entrar a la rotonda de la ruta 88 y Circunvalación, la cola de su auto se pasó, la trompa tocó los neumáticos internos, y el vuelco no llegó de milagro, permitiéndole llegar al final de la misma.

Juan Ayerza Garré con el Chevy de Supertap motorizado por Wilke y Pederzoli volvió a los primeros planos al ganar la segunda por escaso margen sobre Roberto Mouras. Oscar Alaux y Carlos Nani los siguieron.

Y Emilio Satriano fue el vencedor en la tercera, superando a Osvaldo Sasso y Mariano Calamante.

Además, se disputó un repechaje con todos los pilotos que tuvieron problemas en las series, en el que sobresalió Oscar Castellano, seguido por Oyhanart, Pacchialat y Landa.

Traverso debió alinear su auto de cara a la final luego del golpe a la rotonda. Además puso rodado más chico y aplicó más vueltas al motor. Castellano sería candidato si su auto dejaba de tener la vibración en el cardan que lo complicó en la serie. Mouras, Satriano y Martínez Boero eran también tenidos en cuenta como potenciales ganadores.

En la foto del Museo, Roberto antes de largarse la carrera. Todavía no tiene pegado el calco de Alpine Skate que llevó en el parabrisas. También se observa que se ha cambiado el diseño del número 5 a solicitud de la dirigencia de la categoría. Tampoco están las publicidades amarillas lucidas en 25 de Mayo.

En la final picó en punta Martínez Boero. En la tercera vuelta, cuando peleaba seriamente por alcanzar la punta, Mouras, que trataba de ir más rápido que el auto mismo, no logró frenar a tiempo en la misma rotonda de gomas que Traverso, el auto se desacomodó al tomar la misma, y voló unos metros, para finalmente caer sobre sus ruedas, pero destrozando todo el sistema de suspensión, derivando en su abandono. Luego dirá Roberto "En Necochea tuve un problema con los frenos y me fui afuera por mi culpa, lo admito".

En la secuencia fotográfica se ve el golpe de Roberto en esta carrera. Ya no tiene la publicidad de Semillas Continental. La secuencia es de El Gráfico, pero la foto central es la que se publicó en 2007 por tener mejor nitidez. En la vista grande, se verá la secuencia original. Obsérvese que en la primera toma ya se nota que llega pasado al frenaje.

Al Gaucho lo traicionó la bomba de nafta, dejándole la carrera servida a Castellano. Pero tampoco el de Lobería podría repetir lo del año anterior, pues sumado a los problemas de la serie, en la final se rompió el motor (segundo en tres carreras del año) dejándolo de a pie en la décima vuelta, en la que pasó a ganar Traverso, otra vez recuperando posiciones desde atrás, y tornándose inalcanzable para Satriano, que terminaría a algo más de cuatro segundos. Lejos el resto, tercero es Osvaldo Sasso, cuarto Jorge Oyhanart, quinto Mariano Calamante y sextos otra vez, Hermanos Suárez.

Con su triunfo, Traverso recuperaba la punta del campeonato sobre el piloto de Carlos Casares (y extiende a 18 puntos su ventaja). En un nuevo round de la pelea entre su equipo y la ACTC, se le impedirá nombrar por radio, a su preparador, José Miguel Herceg, en virtud del pleito judicial que este, como parte del equipo Ford mantenía con la entidad rectora.

El martes previo a la carrera de Grumbein, 3 de mayo, en la reunión habitual de esos días en la ACTC, se resolvió autorizar la participación de Oscar Aventín (su padre y su hermano Antonio habían sido separados del proceso judicial, por no estar involucrados en la causa) permitiendo que el piloto pudiera tomar parte de las pruebas, aunque determinando su suspensión provisoria como asociado.

El día anterior, el Quilmes Automóvil Club, tras pronunciarse en forma difusa sobre la necesidad primordial de "mantener la serenidad y no ceder ante presiones de ninguna especie", decidía de acuerdo con su piloto -Jorge Martínez Boero- "suspender nuestras intervenciones en las competencias de TC hasta tanto no cesaran las situaciones conflictivas." La crónica de El Gráfico es clara al indicar que, en Bahía Blanca, no hubo situaciones de ese tipo. Pero el QAC no había llegado allí con su auto, y poco podrían hacer para cambiarlo. Hubo quien dijo que, el motivo real, era el disgusto de Herceg con la posición opuesta del campeón a la participación de Aventín. ¿Habrán faltado motores para aquella carrera? Si bien es cierto que el circuito no era favorable a su auto, los puntos que dejó de ganar el Gaucho de Bolívar en esta serían de vital importancia cuando se sumaran los porotos, previo a la definición del torneo.