Mouras CampeónLa historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge |
1983:
El largo y difícil camino a la gloria
El año nuevo se inició con una noticia revolucionaria: Juan María Traverso, de la mano de José Miguel Herceg retornaba a la categoría, con el apoyo de los cigarrillos West, la cadena de gomerías Cincotta y el diario Crónica entre otros. El equipo era regenteado por Jorge Vieytes, que se encargó de la parte comercial. Este amigo personal de la familia Aventín, fue socio con los hermanos en la propiedad del equipo que los hermanos Aventín formarían con el Flaco. Los dos hermanos de Morón luego de un título Tony, y tres subcampeonatos seguidos Oscar, pasaban a Ford en lo que sería el largo comienzo de una vida cargada de cambios de marca. Los autos contaban con cajas Sáenz y fueron terminados el miércoles anterior a la primera carrera a disputarse en Mendoza el 13 de marzo. Lo real y concreto es que, solapadamente, este equipo contaba con el apoyo oficial de la marca del óvalo, lo cual, pronto y activado por sucesos ajenos a la competición, dará lugar a una áspera lucha entre el titular de la ACTC, Octavio Suárez, y Oscar Aventín, cuando no, Juan María Traverso. Ford contaba además con el concurso del campeón, el Gaucho Martínez Boero, otrora ídolo (e hincha confeso) de Chevrolet, había devuelto la gloria a Ford conquistando sin atenuantes el título en 1982. El auto del Quilmes Automóvil Club, tenía fierros de Herceg, pero una estructura propia comandada por el Chueco Di Pietro. Las suspensiones también eran comunes con los Ford del equipo West Cincotta. El auto fue repasado a nuevo para el nuevo torneo sin sufrir cambios. El gaucho consideraba que si el auto terminó año ganador, bien podría serlo ahora. La gente del óvalo pretendía mantener la supremacía de los 70s, perdida luego del cisma de 1979 cuando a mitad de temporada se retiró el equipo oficial mientras Gradassi y Fernandino lideraban cómodos el torneo. Desde entonces, y hasta el '82 nunca estuvieron en punta, pues, aunque Espinosa pintó el 1 en un Ford, lo había ganado con un Chevy, con motores de Wilke y Pederzoli. Chevrolet tenía como principal defensor a Emilio Satriano con motores de su hermano Pablo, quienes se presentaban con un auto completamente nuevo. El auto cuenta también con una solución novedosa en la suspensión trasera, que pronto va a traer cola… También aparecían Ángel Banfi motorizado por Tono Constantino, el Tano Vicente Pernía y los autos que aún contaban con motores de Wilke y Pederzoli: Ayerza Garré con la cupé de Supertap, y Juan Occhionero que utilizaba fierros de la dupla de San Martín, pero con atención de su equipo propio en Necochea, aunque no competía ya de forma regular. Por el lado de Dodge, mudados los que habían sido sus principales referentes en los últimos 3 años, los defensores de la marca eran Los Hermanos Suárez, ídolos desde los años 70, Oscar Castellano, el preparador piloto que por su condición de tal comenzaba a ganar cada vez más adeptos entre los seguidores de la categoría, Johnny De Benedictis de Necochea que todavía andaba más rápido que su auto. Y por último, Roberto José Mouras, el Toro de Carlos Casares, que luego de un 1982 para el olvido, iba por la revancha con nuevos colores en su auto, en busca de repetir las performances de 1981. Luego de la piña en Tandil, su equipo trabajó sin descanso para poner a nuevo el auto otra vez. Llegaron a la primera del año con los bríos renovados y con ganas de ser protagonistas. |