Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Carrera Nº 4: Punta Alta - Grumbein

Punta Alta, en las afueras de Bahía Blanca, fue el escenario de la cuarta competencia del año, en el suburbio conocido como Grumbein. Un circuito largo, con rectas, curvones y eses veloces, que a priori favorecían al Dodge.

Previo a la largada de la primera carrera de Bahía Blanca del '83, Roberto Mouras posa junto a su automóvil. De fondo, el camión de su equipo.

La primera serie tuvo en primera fila a Mouras y Castellano. Este era el primer mano a mano de muchos que habría entre ambos. Ganó Castellano por escaso margen sobre Roberto que se quedó con el récord de vuelta, y Traverso que quedó a poco más de un segundo.

En la segunda, dominó con cierta comodidad Emilio Satriano, superando a Eduardo Martínez y Hermanos Suárez al cabo de las 5 vueltas.

La final se desarrollaría a 15 vueltas al circuito de 12.400 metros de cuerda, para totalizar 186,400 kilómetros.

No tomó parte O. Aventín por no llegar a reparar a tiempo un botador de su Ford. Traverso sabía que no podría correr a los Dodge esta vez. Tiraba 8000 vueltas entre cambios, pero no más de 7200 en cuarta. Wilke trabajaba en la bomba de pique del carburador que les proveyera Rubén Berdejo, para mejorar la salida del Dodge de Mouras en los dos retomes lentos del circuito. Satriano sabía que tenía un buen auto, pero su hermano Pablo no confiaba en el comportamiento de los resortes de válvulas y balancines por encima de las 8000 RPM. Y Castellano se mostraba confiado contando con una nueva bomba de aceite que levantaba la presión más rápidamente.

En la primera fila salían Mouras y Castellano, y en la segunda lo harían Traverso y Satriano. Sin dudas eran los candidatos al triunfo. De arranque tomó la punta Mouras en el camino y los relojes. Castellano se le chupó detrás para no perder el ritmo. En tanto, los pilotos de la segunda fila intercambiaban sus posiciones en el camino en lucha franca.

Mouras fue puntero cinco vueltas. En la sexta, Castellano logró saltar a la punta del camino y la carrera. Hizo también el record de vuelta buscando alejarse de Mouras que lo seguía firmemente. Pero al encarar el retome de los boxes, en una curva que se realizaba en primera marcha y levantando, perdió la línea interna. Del lado externo donde quedó su auto traccionando, el pavimento estaba más fresco y sucio. Mouras vio el hueco, retomó la punta, y se alejó, perdiendo el Pincho la posibilidad de mantenerse en la succión de aquel, y así aspirar a pelear por el triunfo.

Traverso y Satriano seguían en su lucha mano a mano, muy cerca de Mouras en los relojes, y ya superando a Castellano, lo cual habla de la paridad que existió durante toda la prueba, sin dar lugar a errores. Ya sobre el final de la carrera, y viajando Satriano adelante, Traverso intentó estirar el frenaje para superarlo en uno de los retomes. Estuvo cerca de salirse del camino. Igual que Castellano poco antes, perdió la succión y la posibilidad de pelear el puesto.

Roberto volvió a ganar y con ello, se acercó algo más a la punta del torneo, que sigue aún en poder de Traverso. Satriano mostró que era candidato, y el campeonato ya parecía querer dirimirse entre dos.

De esta carrera dijo Orlando Ríos en El Gráfico: Roberto Mouras aplicó su depurado estilo para superar primero a Castellano y luego a sus rivales. Manejó como suele hacerlo: con tanta limpieza que su auto parecía un Scalextric con cambios automáticos. Así fue su labor, una pequeña obra de arte en los curvones a cargo de un pintor de la velocidad.

   

Dos imágenes de la carrera. Roberto Mouras viaja delante de la Naranja Mecánica de Castellano en uno de los virajes de Grumbein, ya sea, tomado más cerca de la curva (El Gráfico) o en la salida de la misma (Corsa). En lo publicitario, ha reemplazado la publicidad del parabrisas que en adelante, por algunas carreras en mayor o menor tamaño, será de Alpine Skate.