Mouras CampeónLa historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge |
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Carrera Nº 5: Ayacucho. Ganar un torneo meses después Dos semanas después de la carrera de Pergamino, el domingo 6 de diciembre, se cerró el Torneo, que en lo deportivo duró tres meses exactos, con una competencia desarrollada en un circuito nuevo, lindero a la ciudad de Ayacucho, que contaba con una extensión de 30,9 kilómetros. Algo no común, pues con excepción de Tandil, ya se tendía a competir en circuitos de menor extensión, donde las rectas, si bien extensas, no solían sobrepasar los 5 o 6 kilómetros. Se desarrollaron dos series a 3 vueltas y se programó la final a 8 giros, totalizando 247,200 kilómetros de recorrido. A pesar de no superarse los 250 kilómetros, se había definido que la carrera otorgara el puntaje máximo, es decir 26 puntos al ganador de la carrera. De todas formas, los candidatos seguían siendo los mismos que se nombran en la crónica de la carrera de Pergamino: Mouras, que ya había ganado y que, debía tratar de llegar teniendo a vista a sus rivales. Martínez Boero, que sabía que el circuito, compuesto de tres largas rectas y amplios curvones no favorecería el andar de su auto, debía ir a fondo y esperar un guiño del destino. De Benedictis, debía salir a sumar la mayor cantidad de puntos, y esperar que Mouras no sumara fuerte, mientras que Aventín, no tenía otra alternativa que ganar, pues aún no lo había hecho, y que ninguno de sus rivales sumara puntos importantes. Con este panorama, estaba claro quiénes serían los candidatos, por obligación o medios y quienes los que correrían a &¦8220;ver qué pasa&¦8221;. Además debía tenerse en cuenta a Oscar Aventín, Juan Occhionero, y especialmente a Emilio Satriano, pilotos veloces y siempre candidatos. Hubo 48 inscriptos en esta carrera con la particularidad de que 7 eran debutantes. No parecía ser esta prueba la ideal para comenzar a competir en el TC&¦8230; En la primera serie, se encolumnaron los hermanos Aventín, y detrás de ellos Suárez y De Arzave, y Espinosa y Nani. En la largada, el mayor de los Aventín se quedó parado con un palier roto, obligando a su hermano a tener que tirar solo. Abrir el camino no era un problema porque dada la extensión del circuito no encontraría rezagados en la serie. Y a &¦8220;Tony&¦8221; tampoco le afectó no contar con la ayuda de su hermano. Salió con todo desde el arranque, y pronto comenzó a marcar diferencias con el resto. Detrás suyo, peleaban el segundo puesto Nani, Castellano que había largado desde la fila 9, y Suárez. En la vuelta inicial, Juan Francisco Arrechea que había largado desde la fila 6 con su Chevrolet, había alcanzado al Dodge de Julio Salgado que había salido delante suyo. El "Cholo", en los primeros kilómetros, lo traía "cortito" a "Tony" pero rápidamente aparecieron problemas mecánicos en su auto. En el curvón más veloz del circuito, sobre la ruta 29, el Dodge 17 comenzó a salirse del circuito, levantando una polvareda de tierra, que impidió la visual del piloto de Azul, el cual al no ver hacia adelante, fue a dar contra el guard rail y rompió las protecciones de un puente del camino. El circuito comenzaba a enviar sus avisos. Al
cumplirse el giro inicial gana "Tony" seguido por Nani,
"Hnos. Suárez", Castellano, De Arzave, Martínez
Boero, Herraiz, Corso y el resto. Aventín les hacía unos cuatro segundos por vuelta y de esa forma, ganó con algo más de 12 de ventaja sobre Nani, que aventajó a Suárez y Castellano en la lucha por el segundo lugar. Los tres se apretaron en poco menos de tres segundos y medio. Luego llegó Martínez Boero bastante más lejos, superando por poco a Daniel Corso que se retiraba de la categoría. Sólo 12 pilotos completaron las 3 vueltas estipuladas. La segunda serie tenía a los otros dos candidatos a ganar el petit torneo, en primera fila: Mouras y De Benedictis. Detrás de ellos partían otros serios candidatos para el parcial, Satriano y Atauri, garantía de espectáculo. Luego lo harían los Chevrolet de Ríos y Occhionero, una incógnita. Quiso largar la misma Oscar Aventín, pero una denuncia anónima se lo impidió. Técnicamente era lógico que no lo hiciera, pues al estar su auto en la grilla de la primera serie, ya había tomado parte de la misma&¦8230; A poco de largarse el necochense De Benedictis abandona la carrera y su pretensión de obtener el torneo. Mouras queda, al igual que Aventín en la primera serie, tirando solo en el camino aunque no por mucho tiempo. Detrás suyo, Atauri y Satriano se vienen dando como en la guerra, superándose continuamente en el duelo por la punta de la serie. Pronto lo alcanzan a Mouras y también lo dejan atrás. Desde la tercera fila el "Colorado" Occhionero se entremezclaba (en los relojes) con Atauri y Satriano. Cumplida la primera vuelta gana Satriano sobre Atauri, Occhionero, Mouras, Sasso, Brescia y Doumic. Antes de completarse la segunda vuelta pasa al frente el Dodge de Miguel Atauri mientras que se retrasa Juan Occhionero. Al pasar por la línea de control manda Atauri sobre Satriano, Mouras, Doumic, Brescia, Sasso-Pacchialat (empatados por tiempos y en la ruta) y Rodríguez.
Durante la primera vuelta de la serie, Roberto viaja detrás de Satriano y Atauri El de Carlos Casares no tiene apuro. Sabe que su tercera posición en el parcial es cómoda. En la última vuelta Brescia pierde algunas posiciones y Occhionero rompe un balancín, en tanto Satriano y Atauri siguen peleando la serie. Llegan apareados a la bandera a cuadros donde prevalece el Dodge del piloto de Dolores por 18/100, tal vez, medio auto. Mouras es tercero, cuarto Doumic de muy buen trabajo. Lejos de este, y encerrados en menos de un segundo llegan luego Héctor Pacchialat, Orlando Rodríguez, y Osvaldo Sasso. La final quedó ordenada de la siguiente forma para la largada: Atauri y Satriano en la primera fila. Antonio Aventín y Mouras, en la segunda. Carlos Nani y Hermanos Suárez en la tercera, Castellano y Doumic en la cuarta y Martínez Boero y Corso en la quinta. Se suponía que en la final tomarían parte mínimamente, los 28 autos que completaron las 3 vueltas de las series. Finalmente fueron 35 vehículos los que largaron ya que se agregaron entre otros, Occhionero y Oscar Aventín. De
salida nomás, ya en los primeros pasos, Antonio Aventín
salió a quemar las naves. Era la única estrategia
que le quedaba si pretendía alzarse con el torneo. Pero
Mouras no lo dejó escaparse y lo pasa a mitad de
circuito. Se cumple la primera vuelta y gana Mouras sobre "Tony" Aventín, Satriano, Atauri, y los Suárez. Luego se ubican Nani, Castellano, Corso, O.Aventín, y Martínez Boero. 29 vehículos permanecían en la ruta. Durante la segunda vuelta comienza perder rendimiento el motor del Dodge puntero y pasa a la punta "Tony" Aventín. Sus escoltas son Satriano y Atauri. Mouras es superado por varios rivales y "cae" en la clasificación. Los Suárez y Castellano peleaban en los relojes el cuarto lugar junto a Oscar Aventín, que tenía que pasar rivales desde el fondo. Seguramente, y dada la cercanía entre ambas ciudades, mucha gente de Dolores haya concurrido a ver a sus ídolos, Miguel Atauri y Pedro Doumic. Jamás imaginaron lo que el destino les deparaba. Durante la tercera vuelta, Miguel Atauri sufre el reventón de su neumático delantero derecho, cuando transitaba por la recta de la Ruta 29. Perdió el control de su auto que hizo 500 metros por el pasto y luego derribó 50 metros del alambrado que contenía al público. Las secuelas fueron terribles. Atropelló en su descontrolada carrera a 10 personas, de las cuales dos fallecieron inmediatamente. Pero la falta de comunicaciones y tal vez la pasividad del público, que por entonces no estaba acostumbrado a detener los espectáculos, permitieron que la carrera continuara. Con tres giros cumplidos ganaba Antonio Aventín seguido por Satriano, O.Aventín, Castellano, los Suárez, Doumic, Nani, Rodríguez, Sasso, Corso, Martínez Boero, Caparello, Mouras 13º, Brescia, Herraiz, Saiz, Faustino, Ríos y Cosma. En la cuarta vuelta, el otro piloto de Dolores, el &¦8220;Tolo&¦8221; Doumic, cuando transitaba la recta principal, la que bordeaba la ciudad de Ayacucho, también sufrió el reventón de un neumático, que lo hizo volcar de manera espectacular, dando varios tumbos. Afortunadamente esta vez no hubo víctimas pues el sector donde fue a dar el Dodge 59 no tenía público. La carrera todavía seguía (increíblemente) y en la vuelta 4, se ordenaban de la siguiente manera: Primero Aventín, cortado y cómodo, segundo era Satriano a 15 segundos, que había sido superado hacía tiempo por aquel en el camino, e intentaba no perderlo de vista y luego marchaban tercero Oscar Aventín, cuarto Castellano, quinto Suárez, y más atrás Nani, Rodríguez, Sasso, Mouras (que ya era noveno) y Caparello. Martínez Boero se demora porque avisa a la dirección de la carrera del accidente de Atauri. Los puestos se estabilizan, y en la quinta vuelta Mouras supera a Sasso y es octavo. Aventín le lleva más de 20 segundos a Satriano, cuando recibe la bandera que declara el final de la carrera. Luego llegan por tiempos Oscar Aventín, Castellano y Suárez. Del segundo al quinto se encierran en 10 segundos. Nani es sexto, Rodríguez séptimo y Mouras llegaba octavo con el motor herido. Al bajar de los autos, los pilotos se anotician del accidente de Atauri y sus consecuencias. No hay ánimos para festejos. Pero también se definía un certamen aquí, y comenzaron las conjeturas. Y las diferentes posturas. Del lado del ganador, dadas las posiciones obtenidas, Aventín cosechaba los 26 puntos en juego, en tanto Mouras se alzaba con 5,50. De esta forma, el de Morón ganaba el torneo por 1 punto. Este razonamiento, implicaba considerar que se otorgara el puntaje completo de la prueba, como si la misma se hubiera llevado a cabo en su totalidad. Por el contrario, Roberto Mouras y su equipo sostenían que debía considerarse a la carrera de modo incompleto, y otorgarse la mitad de los puntos en juego. Con cualquier resultado, si esta era la alternativa elegida, Mouras sería el ganador, pues Aventín no tenía forma de alcanzarlo. Así, el torneo más corto de la historia del TC, fue el más largo en función de su definición. El martes siguiente en la reunión de la ACTC, se lo dieron a Aventín. Mouras apeló la medida, y posteriormente, la llevó a la justicia ordinaria. A mediados de 1982 la resolución todavía daba vueltas en los pasillos tribunalicios. Además de la controversia en lo deportivo, los diversos accidentes y sus trágicas consecuencias, dieron lugar a que se consideraran seriamente los circuitos a habilitar en el futuro. Así, ya desde Corsa se hacía mención a que, la extensión de los semipermanentes atentaba contra las posibilidades de control del público, así como brindarles seguridad. Se hacía hincapié en reducir la extensión de los circuitos, dado que no se podían cambiar los autos, de manera que transitaran a menor velocidad, y no fuera tan extensa la distancia entre los vehículos encargados de la seguridad en las pruebas. Si bien en Ayacucho no se volvería a correr, la categoría seguiría eligiendo circuitos peligrosos. Al año siguiente se volvería a Pergamino y se comenzaría a correr en La Banda, Santiago del Estero, otro trazado extenso y de piso irregular. Finalmente, en lo que respecta a la definición del torneo, la Justicia falló en el mismo sentido que se utiliza hoy día en la categoría (está reglamentado que la carrera que no complete el 75% del recorrido original otorga la mitad de su puntaje) y se otorgó un puntaje inferior al total establecido, de modo que Roberto José Mouras, conduciendo el Dodge Nº 3 fue el ganador del Petit Torneo Lizeviche-Galíndez, organizado por la ACTC. |
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