Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Carrera Nº 11: Olavarría. Un oasis en el desierto o la recuperación esperada

La 29ª Vuelta de Olavarría organizada por el Automóvil Moto Club de esa ciudad se denominó Premio Doctor César Cárman y se llevó a cabo el domingo 9 de Octubre. Se disputaron dos series a 4 vueltas cada una y una final a 12 sobre el circuito de 17.500 metros, completando 210 kilómetros de carrera.

Volvamos a Mouras. Luego de la carrera de Tandil decidió "parar" unos días para encarar recuperado la fecha de Olavarría. Así fue que se tomó unos días de descanso en Hawaii, volviendo el día anterior a la carrera en el que se trasladó directamente al semipermanente. Apareció con un buzo rojo nuevo, y como tal brillante, que le valió el mote de "Chapulín" por parte de los miembros de su equipo. Mientras, Wilke calculaba que el cambio reglamentario les había bajado la potencia del auto de 256 a 243 HP. En esta carrera volvió a ocupar la butaca derecha de su auto Carlos Riga, en tanto Hugo Mazzacane volvió a correr su Dodge que llegando 19º a una vuelta del puntero en la final.

En la primera serie volvió a largar junto a Oscar Castellano como en Bahía Blanca. El Dodge dorado había mejorado respecto de Tandil, en tanto el naranja no parecía estar en las mismas condiciones que tres semanas atrás. Mouras picó adelante y no le dio lugar al Pincho para superarlo. En uno de los retomes, el de Lobería se pasó y golpeó al de Casares. Pero buscando evitar un golpe mayor del ocurrido sin intención, en el rebaje pasó de vueltas el motor y una varilla lo dejó en cinco cilindros, haciéndolo perder tiempo importante en la serie. Desde entonces, todo fue de Mouras, incluso el récord de vuelta, que le ganó por más de 10 segundos al local Eduardo Martínez, con atención de Torcuato Emiliozzi y Raúl Durán. Luego llegaron Hermanos Suárez, Martínez Boero, que se retrasó al gastarse prematuramente las pastillas de freno traseras más blandas que había elegido, y Mariano Calamante. Castellano, a casi un segundo de la punta arribó 10º.

El Comisario Deportivo de la prueba fue el señor Horacio Piccardi del Auto Club Tandil, quien al recibir la noticia del toque de Castellano a Mouras, sabiendo lo complicado que resulta recibir y valorar los informes de banderilleros, obró con moderación aconsejándole a ambos pilotos ser más cuidadosos, y permitiéndoles correr. Además informó a las autoridades de la categoría que se los mantuviera en observación a ambos. Vale decir, que en su función pudo haber sancionado a quien considerara culpable y optó por otra decisión.

En la segunda serie, Satriano dominó a voluntad todo el transcurso de la misma. Fue casi 13 segundos más veloz que su seguidor, el reaparecido Ayerza Garré sobre la cupé ahora roja con techo azul, de Supertap, motorizada por Carlos Casciulo, pero con fierros de Wilke y Pederzoli, como siempre. El del Chevy 3 hizo el récord que fue cuatro segundos más rápido que el de Mouras. En el global, Satriano tenía el mejor tiempo y Mouras sólo superó a Ayerza Garré por una centésima. En esta serie se ubicaron luego Antonio Aventín todavía con el Ford, Pellegrini, Oscar Aventín y Traverso sexto, con problemas en los discos de frenos. El de Ramallo utilizaba desde esta carrera el Ford de Gustavo Degliantoni por haber devuelto a Aventín el suyo (aunque este ya no lo utilizaría).

Para la final, los candidatos eran los de siempre: Satriano, Mouras, Martínez Boero que decía contar con un muy buen auto pero rezaba para que el cigüeñal al cual le encontraron una fisura aguantara toda la carrera.

La largada se hacía con tres autos por fila, de modo que, luego de mucho tiempo volvió a una primera fila Juancho Ayerza Garré. En la segunda, por afuera lo hicieron los hermanos Aventín y en el medio, JJ Pellegrini. En la tercera largaron Traverso, Martínez y Hermanos Suárez, y en la cuarta Alaux, Brescia y el campeón Martínez Boero. Habría que esperar también qué podía hacer Castellano que largaba desde la fila ocho, a más de un minuto de los punteros en el camino.

El público que presenció la carrera debió haberse retirado sumamente agradecido. Desde el arranque mismo, Satriano y Mouras se escaparon de Ayerza Garré decididos a pelear la carrera, dejándolo tercero en el camino al Chevy de Supertap. Primero mandó el de Chivilcoy, pero en la segunda vuelta ya ganaba el Dodge. Ambos pilotos se jugaron en cada frenaje con autos que no se salían de su trayectoria. Sin roces, y yendo al límite. El que lideraba transitaba las chicanas por el lugar ideal y el que lo seguía, lo copiaba. Mientras Mouras viajó adelante, nunca tuvo más de medio segundo a su favor, como si Satriano lo viniera midiendo.

De los pilotos que largaron en la segunda fila, pronto Pellegrini demostró tener más auto que los hermanos de Morón dejándolos atrás y comenzando a tirar solo (con los perjuicios que ello conlleva en circuitos de rectas largas como las de Olavarría. De hecho, prevaleció en los primeros parciales del avión. Desde la tercera fila, Traverso y Martínez se desprendieron de los Hermanos Suárez, pero promediando la carrera fueron alcanzados por el veloz Martínez Boero que dejaba atrás a sus compañeros de fila, viéndose un trencito más que interesante entre los dos Ford y el auto del local.

Avanzada la competencia, y a pesar de venir detrás de sus compañeros de fila, Ayerza Garré todavía peleaba por un lugar en el podio por tiempos con el "Chancho" de Areco y el "Gaucho" de Bolívar, que tuvo la particular experiencia de hacer un trompo en plena recta, con la suerte de quedar mirando para el lado de la carrera y poder seguir su marcha. También se retrasaban Pellegrini que seguía de largo en un sector del circuito, volviendo a tener que pelear en pista con Antonio Aventín que lo alcanzaba, y Traverso que por contar con un auto más lento que el anterior se jugaba a fondo y se pasaba en un frenaje al intentar superar a Martínez.

En la punta, pasada la mitad de la carrera, en la séptima vuelta, el Chevrolet blanco y verde Nº 3 pasó al frente y logró una luz de dos segundos sobre su perseguidor. En la novena vuelta, abandonó Satriano cuando se aprestaba a rematar la carrera al partirse en dos una biela del motor preparado por su hermano Pablo. Mouras heredó entonces la punta de la carrera y se dedicó a cuidarla, teniendo en cuenta que el torneo estaba muy disputado, y la importancia tanto deportiva como anímica del triunfo. Traía luz sobre Martínez Boero que volvía a sumar bien y estaba también cómodo en el lugar de escolta. De todas formas, a su auto le seguía faltando un plus que le permitiera lograr el triunfo necesario para poder ganar el torneo, lo cual no había conseguido en las once fechas disputadas hasta entonces.

Dos imágenes del Dodge Nuevo en la vuelta al triunfo. Tiene la publicidad de Superuva Donati en los laterales de la trompa, la cinta marrón y blanca cruza la trompa más hacia arriba, porque la publicidad de Zanello está pintada y no como un calco. El calco de VW es el institucional. En la primera foto, se escapan de la misma, los Chevrolet de Satriano y Ayerza Garré que volvía en la cupé de Supertap, ahora, roja, azul y blanca, y siempre con los motores de Wilke y Pederzoli.

En el curso de la última vuelta, Antonio Aventín se detuvo con problemas de temperatura, al tiempo que Traverso volvió a intentar una superación sobre Eduardo Martínez para ganar el tercer lugar que tenía también a Pellegrini desde la fila anterior en la lucha por tiempos. En el esfuerzo explotó el motor de su Ford. Se decía entonces que ese era el fin de sus posibilidades de ganar el torneo e incluso de su participación en el mismo.

El lugar restante en el podio quedaba entonces para Juan José Pellegrini, quien superaba por un segundo y medio a Eduardo Martínez. Quinto y demostrando que no se habían olvidado del Chevrolet en el taller de San Martín, ni él de manejar llegaba Ayerza Garré y sexto, lo hacía sin haber peleado la punta pero sumando bien nuevamente, Oscar Castellano.

Olavarría sería el oasis, si se miran las carreras anteriores de Roberto. Pero mostró también el inicio de una recuperación que se seguirá observando en el curso de la tercera parte del torneo para el piloto de Carlos Casares, quien diría lo siguiente de la carrera al finalizar la misma: "Me hace bien esta victoria. No saben cuánto significa para mí. En la serie anduve más lento que Satriano porque el motor no levantaba temperatura. Arreglamos el detalle y el auto rindió muy bien. El auto de Emilio tenía más aceleración que el mío. En la recta de la largada me llegó a pasar. Pero en la 226 el Dodge se enroscaba y allí nada tenía que hacer el Chevy". Y luego con total sinceridad cerraría su comentario: "Estaba escrito que esta carrera era para mí. Así son las carreras. A veces uno se queda con las manos vacías y otras, todo se da de golpe".

El triunfo en Olavarría le dio algo de luz a Mouras en la punta del torneo en el que suma 151,50 puntos, contra 142 de Martínez Boero que es el nuevo segundo, lugar del cual no habrá de caer hasta la definición en el Gran Premio. Traverso conservó el tercer puesto con 125, Satriano es cuarto con 117 y Castellano quinto con 107,50. Si No hubieran tenido problemas Traverso y Satriano, los cuatro primeros estarían encerrados en alrededor de 15 puntos…