Mouras CampeónLa historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge |
Carrera Nº 12: Junín En los días previos a la fecha siguiente a desarrollarse en Junín se produjo un hecho por el cual recibió críticas la dirigencia de la categoría de parte de pilotos y periodistas. En la reunión del martes anterior a la carrera, se le aplicó al piloto Oscar Castellano una fecha de suspensión (de la cual se enteró el piloto el miércoles telegráficamente) sin dársele lugar a apelar la misma. El motivo fue el toque que le propinara a Mouras en la serie en Olavarría. Por lo tanto, Castellano no pudo hacerse presente en la prueba de Junín, y si bien no era el candidato más firme al título, en esa fecha se resintió buena parte de las de por sí pocas chances que contaba para ganar el título. Recordemos que por el toque en Bahía Blanca, Mouras y Castellano recibieron ambos, un apercibimiento, pues se consideró que los dos debieron obrar con mayor prudencia. Esta pena es un llamado de atención y como tal inapelable, al igual que las multas. El resto, pueden ser apeladas por el sancionado. Consultado al respecto, Mouras diría "Me llamaron y sólo me limité a informar lo que había pasado. Nada más". La escala de sanciones para pilotos y concurrentes incluía según el Art.502 del RDA de la ACTC, a: apercibimiento, b: multa, c: exclusión, d: desclasificación, e: suspensión y f: descalificación. El Comisario Deportivo de la prueba podría haber aplicado cualquiera de los cuatro primeros incisos en el momento de la competencia y no lo hizo. A la semana siguiente se determinaba sancionar a Castellano con la pena de suspensión, es decir que de la más leve se pasaba casi a la máxima. El piloto viajó de urgencia a Buenos Aires con la intención de apelarla y no pudo hacerlo, por no encontrarse constituido el órgano necesario para recibirle la apelación. Algo que el piloto incluso no sabía, pues el artículo 503 decía que para cualquiera de las dos penas máximas debía citarse al interesado para una audiencia con el tiempo suficiente para que efectuara su defensa. Este error en el procedimiento reglado por el Art.503 fue lo que se criticó duramente a la dirigencia teceísta. El 23 de Octubre, dos semanas después de la fecha de Olavarría se disputó finalmente la fecha que CECA había decidido postergar provisoriamente en Junín. La carrera se denominó Gran Premio Ultra Móvil y Diesel Móvil YPF – Séptimo Premio Eusebio Marcilla, y se llevó a cabo con tres series a siete vueltas y final a 21, en el Circuito El Panorámico de 6900 metros de extensión con la organización del Auto Moto Club Junín, totalizando poco menos de 145 kilómetros. Fue el regreso de la categoría a dicha plaza, luego de 16 años de ausencia, coronado con un importante marco de público, pues 25000 personas presenciaron la competencia. En la primera serie, dominó el campeón Martínez Boero, que le ganó por diez segundos de ventaja al Chevrolet de Ángel Banfi. Tercero llegó Traverso, pero lejos del puntero por problemas en los frenos traseros. Tambiénabía tenido pérdidas de aceite en la vuelta previa que le obligaron a neutralizar el radiador respectivo. Luego arribaron el marplatense Juan Manuel Landa y Oscar Aventín (que corrió con el auto ex Traverso previo a vendérselo a Oyhanart). Roberto Mouras tomó parte de la segunda serie, en la que dominó con comodidad y arribando al final con once segundos de ventaja sobre el balcarceño Mariano Calamante. Luego llegaron Antonio Aventín, Juan José Pellegrini y Eduardo Martínez. Esta resultaría la serie más veloz de modo que Roberto tomaría parte de la final desde la primera fila, que en un circuito corto como el de Junín no resulta lo ideal, pues se encuentra prontamente a los rezagados. La tercera serie que resultó la más lenta, también tuvo un cómodo ganador, que fue Emilio Satriano. El de Chivilcoy sabía que tenía los rivales más lentos y reguló la carrera, parcializando su desempeño para observar el comportamiento de su auto en cada sector del circuito. Superó por más de 20 segundos a Juan De Benedictis, al que siguieron Hugo Pacchialat, Hermanos Suárez y Osvaldo Lynn. En la primera fila, largarían Mouras y Martínez Boero. Luego cada siete segundos lo harían Satriano y Calamante, Antonio Aventín y Traverso, Pellegrini y Landa, y Martínez y Oscar Aventín en la quinta. Con una serie ganada por un auto de cada marca, el espectáculo estaba garantizado. Con giros en el orden de los dos minutos y medio, los punteros estarían pronto a la cola de los rezagados en el camino, de modo que sería importante afrontar la superación de los mismos buscando perder la menor cantidad de tiempo posible en tal empresa. Si se observa las características de las carreras restantes del torneo, la de Junín era la gran oportunidad para Martínez Boero de alcanzar el triunfo que le permitiera aspirar al título. El resto de los circuitos donde se correría, más largos, favorecían a Dodge y Chevrolet. Consciente de esto, el Gaucho de Bolívar debería salir a matar o morir en pos del triunfo. Mientras tanto, Mouras cambiaba su estrategia a partir de esta carrera, comenzando a pensar en el campeonato más que en los triunfos finales, y Satriano, pedía desde el día anterior en las notas a la prensa, que no se lo descartara como candidato. Frente a los micrófonos, Roberto Mouras quería seguir comentando su evolución luego del toque en Bahía Blanca: "lo que me dolió profundamente fue que luego de la carrera de Tandil nadie dijo una palabra sobre todo el esfuerzo que hice en esa serie que gané. Para mí, eso fue mucho más importante que la victoria en Olavarría". La carrera fue entretenida desde el arranque, como se vislumbraba. Mouras salió a "ver qué pasaba" y por eso lo dejó ir adelante a Martínez Boero, que necesitaba el triunfo. Satriano desde la segunda fila salió con todo desde el inicio con dos objetivos. No perder de vista al Ford, y superar en el camino al Dodge para quitarlo de la conversación. Luego marchaban Banfi y Juan José Pellegrini que largó desde el fondo, hasta la octava vuelta cuando desertó. El plan de carrera le dio los resultados esperados al piloto de Chivilcoy, pues se cumplió por completo. Los tres punteros circularon bastante juntos casi todas las vueltas hasta que en la vuelta 15 comenzaron las emociones fuertes. Roberto viaja chupado con Satriano que se va de cuadro, para no perderle pisada, previo a su abandono en La Banda. En ese momento, mientras circulaba detrás del puntero, Mouras siguió de largo en la frenada de la primera curva, un retome enmarcado por guard rails, y se terminaron las chances de triunfo (si aún las albergaba). No fue tan grave el incidente, si bien perdió casi medio minuto en la maniobra, porque sólo resignó el tercer puesto a manos de Angel Banfi que venía cumpliendo una excelente labor. El otro contendiente por la corona, Juan María Traverso sólo pudo completar 18 de las 21 vueltas pactadas por lo que llegó 16º. Finalmente Satriano superó por poco más de cuatro segundos a Martínez Boero y alcanzó el tercer lugar en el torneo superando a Traverso. El Gaucho se afianzó en el segundo lugar y le descontó importantes puntos a Roberto Mouras. Ángel Banfi prevaleció finalmente sobre este último en la lucha por el tercer lugar y luego arribaron Eduardo Martínez, Calamante, Marcos y Antonio Aventín. El torneo quedó encabezado por Mouras con 164,50 puntos, con Martínez Boero muy cerca suyo con 160, Satriano 140, Traverso 128,50 y Castellano 107,50. |