Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Carrera Nº 13: Tandil

El domingo 6 de noviembre luego de las elecciones nacionales que significaron la vuelta del país a la democracia, se disputó la segunda prueba del año en Tandil, esta vez organizada por el Automoto Club de dicha ciudad, y al igual que la anterior, con dos series clasificatorias a tres vueltas y final a ocho, totalizando 258 kilómetros de carrera (casi el doble que la de Junín por ejemplo). Como dato de color se observó en varios autos, el tradicional óvalo celeste y blanco con las letras RA que distingue a los automóviles argentinos por el mundo, y que fuera usado como logo de campaña por el ganador de la contienda.

En esta carrera comenzó a hacerse evidente que Mouras corría pensando en el campeonato y que se encontraba un escalón por delante de sus rivales, aunque la diferencia con la que llegó a Tandil no fuera tan amplia respecto de su inmediato perseguidor. Mouras era contundente en todas las carreras en las que llegaba. Y pese a los tropiezos, lo hacía en más ocasiones que sus rivales. Cuando llegaba, si no ganaba, estaba entre los punteros. Sólo la brillante regularidad de Martínez Boero, otro piloto muy inteligente y curtido, le quitaba margen para el error al puntero del campeonato.

Retornaba aquí Oscar Castellano luego de cumplir la suspensión impuesta por la categoría, no sin mostrar que continuaba su desagrado por aquella medida. Quería ganar sin dudas, y tendría oportunidad de medir sus posibilidades desde temprano, pues compartiría la primera serie con los punteros del torneo, Mouras y Martínez Boero. El Pincho actuaba otra vez de local ante su gente, al punto que siete de los veinticinco mil habitantes de su pueblo se movilizaban a Tandil. Tal vez por allí venían muchos carteles vistos en el circuito con críticas a la dirigencia de la categoría.

El sábado, en la reunión de pilotos se escuchaba alguna voz anónima lanzando una queja al aire "En el sellado que revisen todo lo que quieran y se pongan todo lo cargosos que necesitan. No me opongo a nada. Pero también pido que revisen muy bien las suspensiones de todos los Dodge ya que la mayoría las tienen fuera de reglamento". Lástima que Corsa no haya publicado quién fue el valiente denunciante…

En la primera serie volvieron a encontrarse Mouras y Castellano prevaleciendo el de Carlos Casares a lo largo de las tres vueltas de la misma, por algo más de cinco segundos sobre el de Lobería que fue su escolta, arribando luego, bastante distanciados entre sí Martínez Boero, Calamante, Brescia y Traverso sexto. El piloto de Bolívar era claro al comentar sobre la serie "No sé qué pasa, pero entre Mouras y Castellano hay una diferencia de casi diez kilómetros con los de atrás. Mi auto anduvo correctamente y me fue imposible seguirles el ritmo". La referencia es válida aunque algo exagerada, pues su promedio en serie y final estuvo entre dos y tres kilómetros por hora por debajo de los Dodge punteros.

En la segunda serie mostró sus posibilidades Ángel Banfi con su veloz Chevrolet. El volante de Mariano Alfonso superó a otros dos pilotos de la marca: Emilio Satriano y el local Néstor Fernández. Luego arribaron Oscar Aventín con su viejo Dodge, Eduardo Martínez y Eduardo Marcos. La nota de este parcial fue el excelente sorpasso de Satriano a Banfi, circulando por el sector externo en el viraje siguiente a la bajada de Belén.

A juzgar por los tiempos registrados en las series, los Dodge eran los grandes candidatos de la carrera, mientras que los Chevy y el Ford de Quilmes quedaban en un segundo escalón, sin chances de triunfo si los primeros no sufrían problemas mecánicos. Pablo Satriano comentaba que el auto iba bien de motor pero que "En Tandil es imposible hacer doblar al Chevy".

Desde el arranque mismo de la carrera quedó claro que la misma estaría destinada a ser ganada por Mouras o Castellano. Ambos se fueron adelante y pronto se cortaron del resto alternando posiciones. En la primera vuelta ganaba el Pincho, con dos segundos de ventaja sobre Mouras, cinco sobre Martínez Boero y siete sobre Banfi. En la segunda vuelta aceleró fuerte el de Carlos Casares, y aprovechó algún error de Castellano, pasó al frente y le sacó más de seis segundos a su rival, mientras Banfi daba pelea acercándose al tercer lugar. Por suerte el problema entre los punteros no pasó de esa queja, y la carrera fue muy limpia entre ambos. En la tercera comienza a retrasarse Banfi que desaparece del lote puntero, mientras Castellano reduce algo más de un segundo la diferencia con el puntero.

Mouras y el Pincho van palo y palo en Tandil. El de Casares ya lleva la trompa rota por haberle pegado de atrás al de Lobería. Todavía puntea Mouras

La cuarta vuelta muestra un avance importante del piloto de Lobería que, luego de una maniobra que algunos interpretaron como una queja de este por haber sido encerrado por el Dodge Nº 5. En realidad, Castellano minimizó el hecho diciendo "Yo tuve que levantar y dejarlo pasar a Roberto que tenía el derecho a la cuerda, ya que si mantenía el ritmo el toque era inevitable. Y yo no quiero eso…" Al paso por el control, Castellano es puntero con un segundo de ventaja respecto a Mouras. El resto, corría por "las sobras", y así, cada vez más lejos de la punta, Martínez Boero mantenía a raya a Satriano, aunque siempre dentro del segundo de diferencia entre ambos. Los demás, venían a "un campo de ventaja".

Otra imagen de Roberto encarando una bajada (¿Belén?). La publicidad del Concesionario Zanello Torre y Cía. está otra vez sobre fondo blanco pues luce mejor.

En la quinta vuelta la diferencia entre el primero y el segundo se mantiene en tanto abandonó la carrera y muchas chances de lograr el título, Juan María Traverso. En el giro siguiente Mouras retoma la punta y cierra la vuelta con casi un segundo y medio de ventaja sobre el "Pincho". Martínez Boero viene a más de medio minuto y ya le hizo una diferencia tranquilizadora a Satriano.

Al encarar la misma bajada anterior, ahora es Castellano quien ha tomado la punta, y tiene algo de luz sobre el auto de Mouras.

La séptima vuelta marcará la definición de la carrera. Con decisión y ritmo, Castellano tomó la vanguardia, marcó el record de vuelta y comenzó a establecer así una luz tranquilizadora sobre Mouras. En la última vuelta continuó estirando la ventaja para llegar con dos segundos de ventaja al final de la carrera. Era para ambos un excelente resultado.

Castellano volvía al triunfo y si bien la punta del torneo estaba lejos aún, desplazaba del cuarto lugar en el torneo a Traverso, de modo que seguramente correría en 1984 con un número de ranking menor. Por este triunfo, a raíz de una apuesta entre los punteros, Castellano le ganó a Mouras un cuchillo criollo labrado en plata.

Roberto Mouras se afianzaba en la punta del torneo y por ello no buscó al de Lobería en el final. Además estiraba algo más su ventaja sobre Martínez Boero que llegaría tercero, aunque a casi un minuto de los punteros.

También le sirvió el tercer puesto a Martínez Boero. Si bien quedaban dos carreras para lograr el triunfo que se le venía negando en el año y estaba cuatro puntos más lejos de la punta, seguía prendido en la lucha por el título, ahora con exclusividad en los motores de José Miguel Herceg. Además había logrado prevalecer en la batalla por ese puesto sobre Emilio Satriano, que era también su inmediato perseguidor en el torneo.

Luego llegaron bastante más lejos Antonio Marcos que corría un Ford que fuera de Traverso en las épocas del equipo oficial, y mantenía los tradicionales colores de entonces, Gustavo Degliantoni, otra vez demostrando sus cualidades en el difícil Nurburgring criollo con otro Ford, los Dodge de los vecinos de los punteros, el loberense Francisco Altuna y el casarense José Luis Paolucci y completaron los diez punteros, dos Torino: Oscar Franco y Francisco Politano. 17 autos llegaron con el total de vueltas.

En el podio, volvieron a repetirse hechos no deseados cuando la gente de su pueblo vivaba a Castellano ganador, al tiempo que agredía verbalmente a Roberto Mouras cuando este recibía su premio por su segundo lugar.

Al ser consultado luego de la carrera sobre la superioridad de su auto y el de Castellano, Mouras decía "En mi caso particular, el auto durante la serie aumentó en 200 vueltas el rendimiento. Pienso que fue un factor derivado del clima, ya que en la final anduvo igual que en las pruebas que hicimos en este circuito y esas 200 vueltas desaparecieron. "

Y sobre su estrategia de carrera dirá "Corrí más que nada a la expectativa, aunque no iba a desechar la oportunidad de ganar si se me presentaba. Pero mi objetivo es el campeonato… "