Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Carrera Nº 6: Olavarría 1 (desde la previa, hasta la última vuelta)

No hay tiempo para descansar. Es necesario recuperar la fecha perdida en Olavarría y la fecha ha sido fijada para el domingo siguiente a la carrera de Buenos Aires, 17 de junio. Por ello los equipos deben repasar rápidamente los autos. Sin dudas entre los punteros del torneo, los más perjudicados resultan Jorge Martínez Boero, cuyo equipo trabaja denodadamente para volver a poner en pista al noble Ford accidentado en la serie, y Oscar Aventín, cuyo auto no sirve más. Recibe ofrecimientos de parte de Politano, Polanco, Suárez, Loiocco, Muñiz, Doumic y Rotta para correr sus autos, decidiéndose a utilizar el del primero aunque con una mezcla de fierros entre los propios y los de su colaborador.

Recordamos entonces que la 30ª Vuelta de Olavarría fue organizada por el Auto Moto Club de Olavarría, sobre el circuito de 17603 metros, con dos series a cuatro vueltas y final a 12 (211,236 kms. de carrera). Esta vez se volvieron a correr las series, de manera que las anteriores dieron puntaje para el campeonato pero no sirvieron para ordenar la final de la carrera.

Digamos también que en otra medida “extraña” aunque en cierta forma pionera en descentralización administrativa, la Municipalidad de Olavarría, le cedía al AMCO, al reconocerla Entidad de Bien Público Municipal, por el término de 5 años (hasta mediados del 89) el derecho de uso gratuito y exclusivo, del sector de camino y adyacencias, del dominio público representado por las autopistas Luciano Fortabat, Ruta 76, Avenidas de Circunvalación y Avellaneda. Es decir, todo el espacio público comprendido a la vera del circuito semipermanente de dicha ciudad.

Aprovechemos entonces esta medida y vayamos a dar una vuelta al circuito utilizado en aquella oportunidad, para que luego, podamos identificar claramente los lugares transitados en cada momento de la carrera. Nos será de suma utilidad el plano que Corsa y Carburando publicaban antes de cada carrera, sectorizando el circuito.

La largada (sector 1) se ubicaba sobre la Avenida Luciano Fortabat, hacia el este, es decir, girando en sentido antihorario. Transitado poco más de la mitad de la recta sobre esta avenida, se transita una chicana hacia la izquierda, que es el sector 2, la cual ya existía en ediciones anteriores. El empalme con la ruta provincial 76 es el sector 3. El tramo recto de esta recta ruta, el sector 4. El empalme con la ruta nacional 226, sector 5. En esta ruta está el tramo más largo del circuito, que no tiene chicanas. Es el sector 6, el más rápido. La curva de ruta 226 y la Avenida de Circunvalación es el sector 7. Sobre la mitad del tramo de la avenida de circunvalación se había instalado una nueva chicana, con tránsito sobre la derecha del camino, que era el sector 8. El último sector numerado correspondía a la rotonda que unía a las avenidas de Circunvalación y Luciano Fortabat. La misma debía transitarse por el sector externo de la misma. A modo de referencia, diremos que el año anterior, sin la última chicana, el récord en carrera fue para Martínez Boero en 5’37”08 a 186,9 km/h. En las series de la primera edición, Satriano había girado en 5’41”15 a 183,8 km/h.

Es el día del padre, y los pronósticos no son los mejores. Algunos agoreros hablan de sólo 30 autos, lo que sumado a la inestabilidad del tiempo en esa semana y las mañanas con esa mezcla de rocío y lluvia, no resultaba buen presagio. Pero el sábado 47 autos se presentaron a verificar en parque cerrado. Esa noche hizo bastante frío y los techos de los autos amanecieron blancos por la helada, pero el cielo, estaba completamente despejado, como para vaticinar que se vendría un carrerón, tal vez la mejor del año.

Así, se prepararon los autos de la primera serie con Mouras y Satriano como de costumbre en primera fila, seguidos de Aventín y Suárez, Oyhanart y De Arzave, Calamante y Brescia y otros 20 automóviles.
Se larga el espectáculo y Mouras quiere ganar. Ya no lo deja irse a Satriano y toma la punta desde el inicio mismo. Sin embargo no consigue hacer diferencia con el de Chivilcoy y lo lleva a sus espaldas toda la primera vuelta en la que son primero y segundo, seguidos del sorprendente Diego Vassolo. Angel Di Nezio viene peleando con él ese puesto, y detrás aparecen Aventín, Oyhanart y Brescia, peleando en cada centímetro el quinto puesto, en una lucha y su consecuente espectáculo, que sabrán mantener hasta el mediodía. Suárez ha tenido problemas de balancín y rompe una válvula debiendo desertar.
En el transcurso de la segunda vuelta, Satriano aventaja a Mouras en el camino y pasa primero por el control, con Di Nezio superando también a Vassolo, en tanto que en la tercera vuelta, los Dodge de los pilotos de Carlos Casares y Tres Arroyos recuperan las posiciones del giro inicial. En la última vuelta Mouras logra mantener a raya a Satriano, ganándole la serie por escasas 64/100, y Vassolo pierde algo de terreno y también el tercer lugar a manos de Di Nezio, que llega a más de 17 segundos de la punta y con algo más de cuatro sobre su perseguidor. Quinto es Aventín, sexto Oyhanart a algo más de medio segundo y séptimo Brescia, que no consigue sumar en la serie, por tan solo 6/100.

En la segunda serie, también las primeras filas son un calco de carreras anteriores, con Martínez Boero y Castellano en primera fila, Banfi y Marcos detrás, Martínez y Sasso en la tercera, haciéndolo los restantes 23 autos habilitados para largar.
En este caso, Castellano, ya desde el inicio demostró que quería ganar todo, porque tomó la punta en el camino y también en los relojes, para no soltarla en las cuatro vueltas del parcial. No hubo mayor emoción en los puestos de vanguardia, porque Martínez Boero, sabedor de que no contaba tal vez con el medio ideal (y bastante bien andaba su Ford luego de la piña en la horquilla porteña) se contentó con poder seguirlo de cerca y ser segundo por tan solo 9/10 al final del parcial. Tal vez, con un poquito más entre lo escondido y lo que se pudiera mejorar en boxes, estuviera para intentar ganar la final. Tercero fue también de principio a fin, Angel Banfi con el Chevrolet. Y cuarto llegó el local Martínez, de quien tal vez la gente esperaba más, aunque lo hizo a un segundo y medio del tercero. Luego llegaron Sasso y Marcos, completando los puestos que sumaban para el campeonato.

La final prometía. Los candidatos eran los mismos cuatro de todas las carreras del año. Cuando se controlaron los tiempos de las series para armar la grilla de la final (de a tres por fila) surgió la primera sorpresa. En las 91 centésimas que hubo en la segunda serie entre Castellano y Martínez Boero, entraban los tiempos de Mouras (sólo 26 centésimas más lento que el de Lobería en esos 70 kilómetros) y Satriano, que por solamente una centésima le quitaba el lugar a Martínez Boero en la primera fila, y seguramente con ello, muchas de sus chances para la final, pues debería largar en la segunda, con autos como los de Banfi y Di Nezio, que fueron 15 segundos más lentos que el suyo.
Digamos también que el Yeti superó por sólo 25/100 a Martínez, que integraría la tercera fila junto a Vassolo y Sasso, mientras que el tándem de la primera serie de Aventín, Oyhanart y Brescia lo harían en la cuarta, postergando el último a la quinta fila a Marcos, por 32/100, para que largara también con De Arzave y Mario Di Nezio. La sexta fila, toda de Chevrolet, la integraban Malisia, Morresi y Lynn.

Debemos decir que en esta fecha retornaba a la categoría luego de casi un año de ausencia, Juancho Ayerza Garré, y lamentablemente no fue bueno lo suyo. Dio una sola vuelta en la primera serie, y a pesar de poder largar la final, sólo registró paso en otra vuelta... Mientras que Enrique Urruti que se había propuesto retornar a la categoría no podía hacerlo por tener problemas de válvulas en las pruebas hechas el día anterior a la carrera.

En el intermedio entre las series y la final, Emilio Satriano juntaba firmas de los pilotos de Chevrolet para solicitar una convocatoria a Asamblea de la ACTC tendiente a clarificar el tema del anclaje del diferencial en los autos de esa marca. No le fue nada mal en la colecta. El 15 de junio, es decir el viernes previo a la carrera, presentó el petitorio con la firma de 29 corredores, la mayoría pilotos en actividad y/o de la marca Chevrolet. En dicha nota se pedía que no se objetaran los anclajes de las cañoneras traseras, por tratarse de elementos que hacen a la seguridad, de modo que se modificara al respecto el artículo 24 del Reglamento Técnico. Se pedía también un llamado a Asamblea para resolver el problema, de modo que los autos de la marca, quedaran encuadrados dentro de tal reglamento sin recibir a partir de entonces nuevas objeciones.

En el intervalo, Mouras le hacía saber a los medios que en la final pondría un rodado de mayor tamaño al utilizado en la serie para así tal vez recuperar las 150 vueltas que no pudo hacerle rendir a su motor.

Como mencioné anteriormente, los candidatos eran sólo cuatro, y armada la grilla tal vez sólo tres. Pero veamos qué pasó entonces cuando se dio la orden de largada a los tres primeros, y al resto de los 40 habilitados a tomar parte en la final.

Dos imágenes de la largada de la carrera. Mouras junto al auto (TC La Revista) y la grilla de la final en la que vemos a Castellano sobre la izquierda (el lado de la cuerda), Mouras al centro y Satriano a la derecha. Esta grilla se repetirá en la última carrera de este circuito. Pero por los integrantes de la segunda fila podemos verificar que la foto corresponde a esta carrera.

Mouras toma la punta en el camino entre los automóviles de la primera fila. Satriano captura el segundo lugar, y Castellano, queda relegado al tercero. Así transitan en la chicana, y podemos verlo en la imagen que tomó TC La Revista. Como era de esperarse, Martínez Boero le gana el pique a sus compañeros de fila, y para sorpresa de muchos, al cerrarse la primera vuelta, está metido como cuña entre los autos de la primera. En ese momento está ganando Mouras, con ventajas mínimas sobre Martínez Boero, y Satriano y Castellano que lo siguen en el camino a pocos metros. Eduardo Martínez es quinto, superando a Banfi y Sasso. Detrás ya vienen Brescia, Aventín y Oyhanart que completan los 10 primeros. Luego Di Nezio, Lynn y Morresi.

Se largó la carrera y Mouras encara la chicana por delante de Satriano, y Castellano que ha salido a regular el ritmo en el arranque.

En la segunda vuelta el Gaucho pasa al frente por sólo una décima en uno de los top de los aviones, pero como era de esperarse, al cerrarse la misma, ya los tres autos de la primera fila superan en los relojes al Ford de Quilmes, que es cuarto. Brescia supera a Banfi por tiempos y Oyhanart a Aventín en el camino. Morresi es 11 superando a los dos autos que lo antecedían. En la tercera comienza a fallar el auto de Martínez Boero, debido a un inconveniente en el alternador, que lo retrotrae al sexto lugar al pasar por el control. Mouras mantiene la punta en el camino y en la general, con Castellano y Satriano completando el trencito infernal, frenando en el mismo lugar los tres, cambiando las marchas con el mismo ritmo y vigilándose mutuamente, a la espera de que la temperatura de los motores fuera subiendo.

Si bien esta situación se mantiene también al cerrarse la cuarta vuelta, Castellano supo estar delante de sus compañeros de fila en el frenaje de la primera chicana, sobre la Avenida Fortabat, recuperando la punta Mouras previo al cruce de la ruta 76 con la 226. Al pasar por el control Satriano es otra vez segundo, mientras que Martínez Boero cae al undécimo puesto al detenerse su automóvil por completo, completando los diez primeros Martínez, Sasso, Brescia, Oyhanart, Aventín, Morresi y Di Nezio. El auto 2 consigue arrancar y ponerse en carrera nuevamente, sin perder tanto tiempo.

En el transcurso de la quinta vuelta Castellano desplaza definitivamente a Satriano del segundo lugar, desaparece Sasso del clasificador, y Martínez Boero avanza dos puestos. En la primera fila comienza una lucha sin cuartel entre los Dodge, al tiempo que Satriano comienza a perder contacto con ambos. Mouras dirá que “Veníamos relojeando para ver si podíamos zafar del tercero del trencito en la chupada”. Es que ambos son rivales, encarnizados, pero con un código propio, que les impide compartir su lucha con otros a medida que se va acercando el momento de definición de la carrera...

Sigue diciendo Mouras “Los dos tenemos las mismas virtudes en nuestros autos, porque aceleran, frenan y doblan de la misma manera. Te digo la verdad, ambos andábamos exactamente igual. Sólo podíamos superarnos saliendo de la chupada y zambullirnos antes del frenaje a ganar la cuerda”. Sin embargo, pronto empezó a notarse en qué lugar andaba mejor cada auto. El de Castellano parecía salir mejor armado de la rotonda de las Avenidas de Circunvalación y Luciano Fortabat, la que antecede a la zona de largada y llegada y está marcada como sector número 9.

Comienzan entonces un show aparte entre ambos, con sobrepasos continuos que levantan al público, a los periodistas que cubren la carrera y no da tregua dentro de este grupo, a los seis valientes que la siguen desde los aviones transmisores de los distintos medios radiales nacionales y zonales.

Sobre la mitad de la carrera, manda el de Lobería, y Mouras viaja unos metros detrás suyo.

En la sexta vuelta a pesar de los cambios entre los protagonistas de las filas 1 y 4, no hay cambios entre los cuatro primeros al pasar por el control aunque por momentos Eduardo Martínez circula en el tercer puesto, y hace ilusionar al público local, aunque viene a una distancia importante de los dos punteros. Oyhanart lo pasa a Brescia con Aventín pegado a ellos en los relojes, y Martínez Boero sigue remontando.

Entrando en la segunda mitad de la carrera, durante la vuelta siete comienzan los problemas para el Dodge del AMCO (también alternador) que cae al séptimo lugar, y el Chevrolet de Satriano, quien al cruzar el control es octavo, aunque el tiempo le es tomado cuando detiene su auto en boxes con un resorte de válvulas dañado, para no terminar de romper el motor. Martínez Boero capitaliza las fallas de anteriores para avanzar al sexto lugar. En esta vuelta Aventín ha superado a sus dos compañeros de fila en el camino, y tomó el tercer lugar de la carrera. Lo siguen Brescia y Oyhanart en ese orden.

En la vuelta ocho, luego de una de las tantas superaciones entre ambos punteros, Castellano ha logrado mantenerse en el primer lugar al pasar por el control, pasando Mouras chupado a sus espaldas. Las posiciones de la cuarta fila vuelven a invertirse por completo, y así, Oyhanart es tercero, Brescia sigue en el medio en ese momento y Aventín es quinto. La falla de Martínez parece ser intermitente y recupera el sexto puesto relegando a su homónimo de Bolívar al puesto siete. Es interesante observar que los dos primeros marchan cortados en el camino, pero los cinco autos que los siguen lo hacen bastante apretados.

En la novena vuelta es Mouras el que recupera la posición de líder, en tanto Martínez Boero avanza raudamente, le descuenta segundo a segundo a los autos de la cuarta fila que vienen sobrepasándose continuamente en el camino, superándolos uno por uno en los tiempos, y al cerrarse el giro se mete circunstancialmente en el cuarto lugar, aunque unos metros más adelante ya será tercero. Brescia es el tercero al paso por el control, seguido en el camino de Oyhanart y Aventín, quinto y sexto. A estos los siguen Osvaldo Morresi en el séptimo lugar, Angel Di Nezio, De Benedictis y Eduardo Marcos en los diez primeros puestos. Luego pasa Diego Vassolo y recién en el puesto 12 el local Eduardo Martínez.

En la vuelta diez se siguen dando como en la guerra pero con limpieza los punteros y los del segundo pelotón, situación aprovechada esta para afianzarse en el tercer lugar Martínez Boero. Viene lejos de los Dodge, a más de 30 segundos y faltan dos vueltas, pero si bien de no haber tenido problemas vendría más cerca, tampoco era despreciable un tercer puesto en función de cómo se fueron dando las circunstancias de carrera. Oyhanart y Di Nezio han ganado un puesto. El resto de las posiciones, sin cambios.

Penúltima vuelta. Pasa Mouras con Castellano haciendo un solo auto detrás suyo. La carrera es interesantísima no solo en la ruta, sino también en los relojes. Del cuarto Aventín, al último que cierra el giro, que es Osvaldo Lynn en el puesto 25, únicamente el decimocuarto, que es Pedro Doumic, pasa en el mismo puesto que la vuelta anterior. Detrás del Dodge 6 están Oyhanart, Brescia, Marcos, Di Nezio, Johnny, Herraiz y De Arzave. Que no termine nunca la carrera...

Destacamos también el trabajo meritorio del ultimo nombrado, pues el azuleño cargaba con una penalización de treinta segundos por un adelantamiento en la largada, lo cual le significó un recargo de treinta segundos. Pensar que en la primera vuelta pasó por ello en la posición 36 y ya está en el puesto 12.

Cinco fotos de El Gráfico que grafican de modo interesante el transcurso de la carrera. Mouras picando en punta claramente sobre la izquierda. En la segunda foto, Castellano ya lo superó a Satriano. En la tercera, va adelante el Pincho. Entran en la última vuelta, con el Dodge azul adelante, y en la grande, el auto naranja va en punta por la pequeña recta que lleva a la chicana nueva. Se viene la definición.