Mouras Campeón

La historia olvidada de Roberto José Mouras con Dodge

Carrera Nº 7 - San Lorenzo

El domingo primero de julio, dos semanas después de la batalla de Olavarría, el nuevo escenario, en todo sentido es un tramo nuevo de la Ruta 11 que une Santa Fe y Rosario, aledaño a la histórica ciudad puerto de San Lorenzo. El circuito era como dijimos, un tramo de dicha ruta, a recorrerse por ambas manos de doble carril, con algún desvío en una rotonda intermedia. Así, durante ocho vueltas en cada serie, y 24 en la final. Todo un desafío para los frenos y las cajas de cambios. A principios de año, la medición de El Gráfico le otorgaba 8.750 metros al circuito. En la cobertura de la carrera se indicaban 8.600. Es decir que las series cubrían 86,6 km y la final tuvo una extensión de 206,4 km.

El día anterior, el panorama no era el mejor. Los boxes no se habían terminado, faltaban colocar algunas protecciones, y para peor, la cantidad de autos verificados no era la esperada. El domingo, la cosa no iba mejor: Se cambiaba el lugar de los boxes por no haber sido terminados los originales. Se confirmaba que no serían muchos los que tomarían parte de la carrera (tan solo 35 autos) y para completarla, el público presente, que era mucho menos que el esperado, invadía todos los sectores de la pista, aunque justo es decirlo, volvían a sus lugares prontamente, permitiendo cumplir con los cronogramas estipulados.

La carrera, declarada de interés provincial por el gobierno santafesino, contaba con la organización de la Auto Peña Ciudad de San Lorenzo, y constituía el retorno luego de mucho tiempo, del Turismo Carretera a la Provincia de Santa Fe. Sería la única vez que se utilizaría ese dibujo. Siguiendo los consejos de varios medios, al año siguiente se modificaría el recorrido por otro más que interesante que se adentraba en la ciudad, y que se utilizó durante varios años.

En la primera serie, como de costumbre y madrugando, abrían el espectáculo Roberto Mouras y Emilio Satriano, seguidos de Angel Banfi y Eduardo Martínez, luego Calamante y Herraiz, Sasso y Nani, y el resto. Desde el inicio nomás, Mouras impuso su ritmo y comenzó a hacer diferencias con todos. Se quitó de encima a Satriano (que comenzó a penar con la rotura de la palanca de cambios) y también al resto del lote, cuando su vehículo tomó la temperatura deseada, algo habitual en el piloto de Carlos Casares en las carreras de invierno, hizo el récord de vuelta (en la tercera, por debajo de los 2’42”) y con el transcurrir de la carrera fue estirando la diferencia, para ganar empleando 21’52”10/100 con 14 segundos de ventaja sobre Angel Banfi, que volvió a prevalecer sobre la línea sobre Martínez. El cuarto Di Nezio lo hizo bastante más lejos, y completaron los 6 puestos con puntos, Mariano Calamante y Fernando Herraiz. Satriano fue 11º tras ir perdiendo puestos progresivamente, en un final apretado, pues llegó a menos de 3 segundos del séptimo lugar.

En la segunda batería Martínez Boero y Castellano siempre en primera fila, seguidos de Suárez y Oyhanart, De Benedictis y Alaux, y otros 11 autos. En esta serie apareció un tapado. El Ford del QAC le ganó el pique a Castellano y comenzó a mandar en el camino, pero no pudo hacerlo en los relojes, donde el auto de los “primos Suárez” con Octavio al volante y Marcos Loioco en la butaca derecha, comenzaba a marcar diferencias. El “gordo bueno” cada vez estiraba más, al tiempo que el “Gaucho” y el “Pincho” venían peleando el segundo lugar en la punta del camino. Pero el de Banfield la quiso hacer completa, y se dio el gusto de superarlos también en el camino a poco del final. Así, con los tres autos juntos y encerrados en menos de un segundo en el camino, se llegó al final, con Suárez ganado por siete segundos y medio sobre Martínez Boero, que aventajó a Castellano por solo 3/10. Cuarto llegó De Benedictis lejos, quinto en otro buen trabajo Ricardo De Arzave y sexto Oyhanart. En esta serie, los 16 autos que registraron pasos, dieron las 8 vueltas, contra sólo 12 de la anterior.

Mala suerte para dos. El “Yeti” Di Nezio que había sido cuarto y debía largar en cuarta fila de la final, no podía tomar parte de la prueba. Lo mismo Morresi.

Con dos autos por fila, largando cada siete segundos, así se ordenaron para tomar parte en la competencia final: Primera fila para dos autos y cuatro pilotos. Los Dodge con mecánica de Wilke y Pederzoli, de Suárez-Loioco y Mouras-Mazzacane. En la segunda Martínez Boero y Castellano. Tercera fila para Banfi y Martínez. Cuarta para De Benedictis y Calamante, al no tomar su lugar Di Nezio como dijimos. En la quinta partían De Arzave y Herraiz, luego Oyhanart y Malisia, Luaces y Caparrós que tomaba el lugar de Morresi, Marcelo González y Nani en la octava, Ayerza Garré y Lynn, y desde la décima, Satriano junto a José Luis Paolucci.

Se largó la carrera y Suárez tomó la punta en el camino, con Mouras pegado detrás suyo. Castellano que siempre guarda en las series, desde el inicio mismo lo dejó claro al superar ahora a Martínez Boero. Circuito difícil a pesar de su sencillez, porque obliga a acelerar a fondo, frenar a cero sin pasarse, y salir muy bien pisado nuevamente.

Se cumple la primera vuelta y manda Suárez sobre Mouras, Castellano, Martínez Boero, Banfi, Herraiz y Martínez. Pero al pasar todos los autos, se confirman los pronósticos y Satriano se mete tercero, en tanto Degliantoni es noveno detrás de todos los citados. El Dodge azul del campeón toma la temperatura deseada por su piloto y el de Carlos Casares va a la caza del auto blanco azul y naranja de Suárez, superándolo en la segunda vuelta. Al cerrarse ese giro, ahora es puntero Mouras en el camino y la carrera, sobre Castellano, Suárez, Martínez Boero, Satriano, Martínez y Banfi. La carrera, a pesar del dibujo poco interesante del circuito, se pone entretenida.

Mouras no logra despegarse de Castellano, ni este de Martínez Boero. Entre todos ellos, marcha vigilando que no suceda nada raro otra vez, el presidente de la categoría, Octavio Suárez. En la tercera vuelta, el único cambio está en el tercer puesto, donde el de Bolívar supera al de Banfield en los tiempos, y en que por el control, Banfi pasa por delante de Martínez. Pero en la cuarta comienza a cambiar la carrera. Mouras viaja apurado y se pasa de largo en el frenaje más cercano a los boxes. Retoma, pero perdió preciosos cinco segundos, que lo retrogradan al quinto lugar. Ahora manda Castellano, que al hacerle una pequeña luz a Martínez Boero, permite que Suárez recupere el puesto de escolta. Delante del campeón queda Satriano. Como dijimos, los cinco van apretados en 5 segundos.

En la quinta vuelta el que acelera es el piloto de Chivilcoy, que captura así el segundo lugar en la general y se acerca al Pincho, con el mérito de viajar entreverado entre autos más lentos a los que debe ir superando en cada recta y retome del circuito. Martínez Boero vuelve a superar a Suárez y Martínez hace lo propio con Banfi. En la sexta vuelta el que recupera terreno es Mouras. Se rehace y supera al subcampeón y a los primos, capturando el tercer puesto. En el giro siguiente acelera el Ford y vuelve a ser segundo de Castellano, que quiere seguir mandando. Tiene a Mouras y Suárez a la vista, y sabe que le alcanza con eso para marcar el ritmo de la carrera. Los demás mantienen el orden de la vuelta anterior.

Tres momentos clave de la carrera. Mouras se pasa en uno de los retomes, y pierde toda posibilidad de pelear la punta de la carrera. Debajo, el momento en que Martínez Boero, que viajaba en la ruta entre Castellano y Mouras, también se despista. Y el golpe de Brescia (cruzado) a De Benedictis.

La carrera entrará en su etapa de estabilidad de posiciones al cumplirse la tercera parte de la misma. El Gaucho cada tanto supera al Dodge en la aceleración, pero cuando el auto 5 toma velocidad al final de cada recta recupera la punta. Tirando juntos ya han superado primero a Suárez, y luego a Mouras, que viaja prendido en el trencito que integran los punteros por tiempo, para capturar así el tercer puesto de la carrera. Por el control de la octava vuelta pasa primero Castellano, seguido de Martínez Boero, Mouras que de ese modo superó a Satriano, Suárez, Banfi que volvió a superar a Martínez en el camino, De Benedictis, Brescia que avanza y Herraiz en los 10 primeros puestos. Ricardo De Arzave sigue a ritmo firme y está 11. No lo nombramos por cortesía como se verá.

Las posiciones indicadas se mantienen hasta el giro 13 con la única variante en el octavo puesto, que Brescia le gana a De Benedictis. En el transcurso de la vuelta 14 abandona Herraiz. El resto de las posiciones se mantienen estables hasta el giro 17. Castellano hace una más de sus carreras bien elaboradas. Controla cada frenada, no derrapa, cuida el auto. Va al triunfo sin problemas, de no mediar ningún inconveniente, aún con el Ford 2 siempre a sus espaldas.

En el retome donde se pasó Mouras, Castellano viaja primero en el camino, lo sigue Martínez Boero y detrás de ambos va el campeón.

En la vuelta 18 ocurre lo previsible, pues Satriano, como ya se ha hecho costumbre en el torneo, tiene inconvenientes en la planta impulsora de su Chevrolet. Esta vez, lo deja a pie la rotura de un pistón. El 19º giro traerá más condimento a la carrera, pues ahora el que sigue de largo en uno de los retomes es Martínez Boero al quedarse sin frenos, perdiendo así la posibilidad de tirar en el camino junto a Castellano y Mouras. Al cerrarse la vuelta, mantiene el segundo lugar por tiempos sobre Mouras. Luego siguen Suárez y Banfi, en tanto continua el avance de Gustavo Brescia que trepa al sexto lugar, desplazando a De Benedictis, Martínez, y De Arzave. Completa los 10 primeros desde un par de vueltas atrás, el venadense Edgardo Caparrós.

No habrá cambios de posiciones en las dos vueltas siguientes entre los 10 punteros, pero al igual que ocurriera en la carrera de Bahía Blanca, Martínez Boero ve peligrar su posición de escolta de Castellano, en manos de Mouras que, succionado al piloto de Lobería, gira más rápido que el Ford, que lo hace solo, pues Suárez viene a un campo de distancia. En el vigésimo giro, el campeón marca el récord de vuelta, girando levemente por encima de los 2’40”, y arañando los 193,4 km/h de promedio. Ya superada la vuelta 21, cuando faltan algo más de 25 kilómetros y 8 minutos de carrera, el problema del Ford se acentúa y Mouras captura la segunda posición, puesto más que importante para sus aspiraciones en el campeonato. Los de atrás mantienen sus puestos.

En el último giro las novedades están dadas por la recuperación de De Benedictis con respecto a Brescia, y que los punteros han superado a Caparrós, quedando solamente 9 autos con el total de las vueltas al llegar a la bandera a cuadros.

Ya se pasó el Gaucho y viajan juntos en la ruta los dos rivales en la lucha por el torneo, del modo que lo harán hasta el final de la prueba, con el auto naranja delante del azul.

Ha ganado una vez más de manera contundente, Oscar Castellano. Iguala así en triunfos a Mouras, su rival directo en la lucha por el título, y reduce a 16 puntos la diferencia en el torneo. Para Mouras, a pesar del despiste, el resultado es excelente. Tenia un auto para ganar, lo sabe, pero no siempre se puede, y también es humano y yerra. Lo mismo que Martínez Boero, que ha perdido algunos puntos, que tal vez duelen más por estar relacionados con el puntero del torneo, que ahora le lleva casi 30 unidades. En el torneo se mantiene quinto Aventín que no tomó parte en esta carrera, y luego se apiñan en 7 puntos, 5 pilotos entre el quinto Oyhanart, y el noveno Suárez.

El presidente de la ACTC fue cuarto, en excelente tarea, y después de mucho tiempo está reencontrándose con los buenos resultados. Quinto Banfi, sexto como dijimos el recuperado Juan De Benedictis con el Dodge tricolor verde y blanco de la Auto Peña Quequén-Necochea, séptimo Brescia, octavo Martínez que fue perdiendo algo de rendimiento, y noveno en otro muy buen trabajo, reencontrándose con el brillo que supiera conseguir con el Torino de Rangone, Ricardo de Arzave, ahora con un Dodge. Décimo fue, ya con un giro menos, Edgardo Caparrós.

Mouras y Castellano tienen tres triunfos cada uno, pero el campeón ha sido mucho más regular. Fue segundo en dos de los tres triunfos de su rival, cuarto en el otro, quinto cuando ganó Martínez Boero, y sólo se paró en la serie de Olavarría, el día que la lluvia obligó a la suspensión. Mientras que el de Lobería abandonó en Necochea y Buenos Aires, y si bien fue segundo en 25 de Mayo, pagó caro el error de la chicana de Olavarría que lo retrotrajo al sexto puesto. En la regularidad debe observarse la diferencia en cierta parte tranquilizadora que acumula Mouras cuando está por llegarse a la mitad del torneo.